Un acuerdo de gobierno entre PSOE y PP ha dejado de ser una utopía
y en Puigpunyent es realidad desde el sábado. No hay un pacto
firmado pero sí el compromiso del trabajo conjunto.
El batle, Josep Muncunill, que asistió a su investidura
interrumpiendo las vacaciones, prosigue su descanso hasta el
próximo lunes. En su ausencia, los dos primeros tenientes de
alcalde, Sebastià Bauçà (PSOE) y Gabriel Flaquer (PP), compartían
ayer despacho en la provisional Casa de la Vila de Galilea y
analizaban las primeras actuaciones a realizar: Acabar las obras
del Ajuntament, arreglar el Camí de sa Vela y el repetidor de TV y
organizar las fiestas.
No tienen dudas sobre la legitimidad de su acuerdo, por el que
el único edil popular ha dado la Alcaldía al candidato socialista.
Las cúpulas de ambos partidos estaban informadas y dejaron hacer la
voluntad de sus representantes. «El pueblo lo ha aceptado
admirablemente», dice Flaquer, añadiendo que «lo importante es
trabajar juntos para el pueblo, al margen de las siglas; las
personas están antes que los partidos». Sobre los motivos del
pacto, Bauçà y Flaquer lamentan que la candidatura independiente
del ex alcalde Arbona no haya querido negociar antes de la
constitución del ayuntamiento.
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