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INÉS BONET Los vecinos de Llubí pagan desde hace cinco años una tasa por el servicio de alcantarillado sin que éste haya entrado en funcionamiento, ya que aún no se ha instalado la depuradora. La estación hace más de un año que ha sido adjudicada.

Una ley aprobada por el Parlament balear estipula que todos los ciudadanos tienen que abonar una tasa por la posible contaminación que generen. Las cantidades que se recaudan por este concepto desde el Govern se tienen que invertir en el mantenimiento de las depuradoras.

Los vecinos del municipio abonan la mitad de lo que pagan en las facturas del consumo de agua en concepto de tasa de saneamiento sin disponer de este servicio. Además, hasta que no se conecten a la red de alcantarillado tienen que seguir pagando los servicios de una empresa que les vacíe la fosa séptica.

El alcalde de Llubí, Francesc Bauçà, explica que entiende las quejas presentadas por los ciudadanos, aunque ha querido explicar que la construcción de la depuradora no es competencia municipal.

El equipo de Gobierno ha hecho las gestiones pertinentes con el Ibasan. En estos momentos, todo apunta a que no hay ningún impedimento para que las obras de la estación de la depuradora se inicien de forma immediata.