El pleno ordinario de diciembre, celebrado el pasado lunes, se
caracterizó por el ambiente de crispación y malestar entre los
ediles del pacto de gobierno (ALM-UM, AIPC, PSM y PSOE) y los de la
oposición (PP y UC).
Catalina Sureda (PP) incluso llegó a proponer a Maria Antònia
Vadell (PSM) que estudiara la posibilidad de dejar el cargo de edil
y portavoz del equipo de gobierno o el de vicepresidenta del
Consell de Mallorca. «A lo mejor lo que tendría que empezar a
pensar es que los ciudadanos de Manacor no pueden entender cómo
puede combinar los dos cargos y debería pensar en dimitir de uno de
ellos», apuntó Sureda.
Las primeras discrepancias entre gobierno y oposición se
produjeron en el transcurso del debate del dictamen de la comisión
de Urbanismo sobre encargar la modificación de Normas Subsidiarias
y la suspensión de licencias en la costa manacorense.
Los ediles del PP y UC se abstuvieron en la votación,
argumentado los portavoces de ambos grupos, Catalina Sureda (PP) y
Antoni Frau (UC), que no se les había dado la suficiente
información para votar a favor. La suspensión de licencias fue
aprobada con los once votos de los ediles del pacto de
gobierno.
La creación de dos comisiones especiales, una para la puesta en
marcha del sistema ORA y la explotación de aparcamientos
subterráneos, y la designación de los representantes municipales en
la mesa general negociadora del nuevo convenio de personal, también
fueron motivo de disputa.
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