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La revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Calvià establece que para la construcción de nuevas plazas hoteleras deberá desaparecer fiscamente el mismo número de plazas; no bastará con darlas de baja solamente. Del total de plazas que desaparezcan, al menos el 80 por ciento deben estar ubicadas en Calvià y el 20 por ciento restante en la Isla de Mallorca.

El Ajuntament de Calvià, presidido por Margarita Nájera, no quiere que aumenten las plazas turísticas, sin embargo la actividad constructora actualmente en el municipio es trepidante. Así lo ponen de manifiesto las innumerables grúas que se divisan en la zona costera e interior del pueblo.

El Consistorio explica en un comunicado que el PGOU no persigue el aumento de plazas turísticas existentes, sino que por el contrario propugna «la transferencia y amortización de las mismas. El objetivo es no incrementar el número de plazas turísticas y aumentar la calidad de oferta».

Las tres exigencias básicas para la transferencia de plazas turísticas son: para cada plaza nueva que se pretenda autorizar es preciso dar de baja una plaza antigua, para dar de baja plazas turísticas es obligatorio demoler íntegramente el inmueble original que las alberga y las parcelas que como consecuencia del proceso de transferencia resultaran no edificadas, deberán ser espacios libres.