El encargado del suministro de agua a la localidad es la
Mancomunitat Migjorn formada por Campos y Ses Salines. Desde este
órgano supramunicipal se está buscando una solución al problema
para evitar que en pocos años se tengan que desmontar la mayor
parte de la red de agua pública y de las casas particulares.
Según ha explicado el teniente de alcalde del Ajuntament de ses
Salines, Joan Burguera, «en pocos meses hemos tenido que cambiar 40
contadores que se habían roto a causa del alto nivel de cal en el
agua».
La preocupación del Ajuntament no es sólo por el problema actual
sino porque en un futuro «no haya mucha gente que se vea obligada a
cambiar todas las tuberías», añade. Varios vecinos han hecho llegar
sus quejas al Ajuntament porque muchos electrodomésticos como
lavadores o lavavajillas se han averiado a causa del alto nivel de
cal en el agua. La cal forma piedras en las tuberías y no permite
que el agua fluya. Este problema se agrava en las casas de la zona
costera, ya que muchas de ellas están deshabitadas durante el
invierno y al no correr agua la cal se petrifica con más
facilidad.
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