El aumento del turismo de montaña, especialmente importante en
invierno, ha provocado un incremento del número de excursionistas
que atraviesan la Serra sin ningún control, en muchas ocasiones por
fincas privadas. La posible inclusión de parte del término de Alaró
en el futuro parque de la Serra de Tramuntana preocupa al alcalde,
Josep Gomila, que defiende la figura del excursionista, pero con un
control estricto que no convierta los espacios naturales en parques
de atracciones.
Los propietarios de las fincas sufren desde hace unos años las
consecuencias de la desestacionalización turística. Centenares de
turistas recorren la Serra siguiendo guías que no especifican si
atraviesan propiedades públicas o privadas.
Gomila se muestra partidario de limitar los accesos a los
espacios naturales. «Una cosa es que un camino sea público y otra
cosa es convertir la Serra en un parque de atracciones»,
explica.
Gomila defiende que «el plan de gestión del futuro parque
debería contemplar rutas a través de la Serra». Sin embargo, estas
rutas podrían ocupar caminos públicos o privados y en este último
caso deberían establecerse compensaciones económicas para los
propietarios afectados.
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