Los ingresos municipales por multas de tráfico se duplicaron en
1999 con respecto a los obtenidos el año anterior. El balance de
ingresos y gastos del Ajuntament d'Inca revela una recaudación de
16 millones de pesetas por este concepto frente a los 8 millones
que se cobraron en 1998. El incremento se debe según el regidor de
Policía, Joan Deus, al incremento del volumen de tráfico y a la
falta de civismo de los conductores que prefieren aparcar en pasos
de cebra y zonas de carga y descarga antes que buscar otro sitio.
La mayor parte de las multas corresponde a infracciones
cometidas en la zona centro de la ciudad, donde los
estacionamientos están regulados por la ORA. Las calles Hostals,
Born o Jaume Armengol, Gran Via Colom o la Plaça de Espanya son las
que más multas recaudan. Curiosamente, en las zonas más alejadas
del centro las infracciones disminuyen paulatinamente.
El Ajuntament ha intensificado la vigilancia policial para
evitar que la mala costumbre de aparcar en pasos de cebra y en
zonas de carga y descarga, se convierta en una conducta habitual.
En el primer trimestre del 2000, la policía ha gestionado más de un
millar de multas y las previsiones para este año se cifran a la
baja, en 10 millones de pesetas.
El Consistorio espera que el incremento de la vigilancia y de
las sanciones tenga sus efectos y los conductores inquers empiecen
a ser más respetuosos. De momento, la media de multas que se
alcanzó a principios de año se mantiene estable y el hecho de que
no haya aumentado es para Joan Deus una buena noticia. Deus
entiende que «la gente de Inca ha comenzado a comportarse, pero no
han hecho lo mismo los conductores que vienen de fuera y están de
paso».
El volumen de tráfico en la ciudad también se ha incrementado en
el último año. Si en los últimos meses se detectaban aglomeraciones
en las horas punta, las retenciones se están convirtiendo ahora en
una constante.
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