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El hecho de que la cofradía de las capes no dejara presidir el Davallament a la alcaldesa de Pollença, Francisca Ramón, el pasado Viernes Santo se ha convertido en la comidilla del pueblo. Bares, comercios, supermercados... la noticia viaja de boca en boca entre todas las pollencines que comparten su indignación ante unos acontecimientos que califican de «machistas». El propio Lobby de Dones también ha reaccionado a este hecho y ha arremetido contra la Iglesia «por su tradicional actitud misógina».

«Es hora de que las entidades socio-religiosas cambien los estatutos y todo lo que haga falta para integrar a los hombres y mujeres en plena igualdad de condiciones si quieren mantener en el nuevo milenio el carácter popular y cívico que nunca deberían haber perdido», explica Maria José Varela, portavoz del Lobby de Dones.

El Lobby de Dones denuncia que «aunque hay quien asegura que este hecho tiene un trasfondo político y que en realidad las cofradías han querido marginar a la alcaldesa por ser socialista, estas afirmaciones no restan gravedad a la cuestión pues es inaceptable que se utilicen argumentos sexistas para tapar otros intereses y más inaceptable es que estos argumentos se acepten como buenos».

La alcaldesa, Francisca Ramón, ha encontrado en las mujeres del pueblo un apoyo incondicional en esta polémica.