El Departament de Carreteres realiza estos días obras de mejora en
las rotondas de Santa Ponça y Cala Figuera para ampliar su
capacidad. Ambas intersecciones constituyen dos de los puntos más
conflictivos de la carretera C-719; están saturadas y diariamente
se producen importantes atascos.
En Cala Figuera se crearán cuatro nuevos carriles de
incorporación a la rotonda, uno en cada ramal. Y en la de Santa
Ponça se construye un nuevo carril de incorporación.
José Manuel Pérez Ribas, jefe de Conservación en Carreteres,
explica que la única forma de dar más capacidad y fluidez a una
rotonda es construir más carriles de incorporación. «Los
conductores tienen que aprender a utilizar este sistema y
acostumbrarse», subraya. Las obras comenzaron a principios de
semana y concluirán hoy con el asfaltado y el repaso de la pintura.
Su coste no llega a los cinco millones de pesetas y ha sido
ejecutada por la empresa constructora Llull Sastre.
La rotonda de Santa Ponça soporta cada día un tráfico de 40.000
vehículos y la de Cala Figuera en torno a los 35.000, número que se
eleva hasta los 60.000 en los días punta de verano. El Ajuntament
de Calvià ya había solicitado a la Conselleria de d'Obres Públiques
su ejecución para el pasado invierno, aunque final será una
realidad para antes del verano.
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