La delegada del Gobierno, Catalina Cirer, ha ordenado poner
protección policial al alcalde de Son Servera, el socialista Eduard
Servera, y al portavoz del PSM y primer teniente de alcalde del
Ajuntament, Antoni Oliver, para garantizar que no les suceda nada
tras los graves incidentes vividos en la localidad el pasado
jueves. La delegada del Gobierno y el president del Govern,
Francesc Antich, estuvieron en constante comunicación durante todo
el día y acordaron solicitar esta protección ante la situación tan
crispada que se vive en el municipio.
El president del Govern condenó ayer enérgicamente estos hechos
y aseguró que no es de recibo que se impida la reunión de un
ayuntamiento, «la máxima representación de la democracia», con
insultos y amenazas. Antich aseguró que esta actitud es un atentado
al principio de libertad y añadió que, pese a que todo el mundo
tiene derecho a manifestarse, lo ocurrido en Son Servera «supera
este derecho porque vulnera directamente la convivencia».
El president hizo una llamada a la serenidad al colectivo que se
manifestó «y a quienes les instigaron» para intentar recuperar el
consenso y el diálogo «porque, sin él, no habrá entendimiento». El
president lamentó que no haya capacidad de escuchar «y de sentarse
para que el Govern pueda explicar sus intenciones». Antich se
mostró abierto a hablar con los afectados: «Estoy dispuesto a
comparecer allá donde haga falta siempre y cuando la actitud sea de
diálogo y sirva para resolver los problemas».
Por otra parte, la Comandancia de la Guardia Civil ha confirmado
que se ha iniciado una investigación para averiguar quiénes
instigaron los actos de vandalismo contra los vehículos de la
Policía Local de Son Servera y todo lo sucedido el pasado jueves en
el Ajuntament serverí.
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