Los trabajadores permitieron la salida de cuatro autocares ante la presencia de una docena de policías. Foto: PERE BOTA

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El segundo día de la huelga indefinida iniciada el miércoles por los trabajadores de Catalina Marqués SA y Autocares Andratx SA se vivió ayer con mayor tensión. La dirección de la empresa requirió la presencia de la policía para poder aplicar los servicios mínimos decretados por la Conselleria d'Obres Públiques i Transports, pero aún así no se llegaron a cumplir en su totalidad.

El momento de mayor crispación se produjo pasado el mediodía cuando se comunicó a los trabajadores la intención de la empresa de sacar cuatro autocares para cumplir estos servicios. Los conductores, que llevaban concentrados en las cocheras del polígono Son Castelló de Palma desde las 5'30 de la madrugada, decidieron entonces protagonizar una sentada a las puertas de las cocheras. Una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía alertó a los trabajadores que podrían ser detenidos si impedían la salida de los autocares, además de solicitar refuerzos.

El día anterior por la tarde, la empresa remitió al 80 por ciento de la plantilla un telegrama designándolos para prestar los servicios mínimos. «Su incomparencia o desobediencia a esta orden puede dar lugar a su despido disciplinario», advertía. Sólo 4 conductores se presentaron ayer para hacer los servicios. El resto (unos 40) reiteró ayer que los servicios mínimos decretados son abusivos y que han sido denunciados por CCOO ante Inspección de Trabajo ya que contemplan jornadas de trabajo de más de 13 horas. También denunciaron ante Transports uno de los vehículos utilizados para estos servicios «ya que tiene más de 14 años». Este autobús tuvo que regresar a las cocheras al poco de partir, debido a una avería.