La fábrica de cemento de Portland no podrá ampliar sus
instalaciones hasta que la normativa urbanística de Lloseta esté
adaptada a las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT). El
alcalde de Lloseta, Bernat Coll, recibió el viernes a los vecinos
de Binissalem afectados por las emisiones de la fábrica para tratar
éste y otros asuntos.
«Los vecinos pedían que no diésemos permiso de obra para
realizar la ampliación de la cementera, pero nosotros no tenemos
intención de darlo porque implicaría una modificación de la
normativa urbanística que aún no se ha adaptado a las DOT», explicó
el batle. Según Bernat Coll, «la única modificación puntual que se
tramitará de momento de las Normas Subsidiarias será la
recalificación de los terrenos ubicados junto al teatro, que se
destinará a la construcción de viviendas de protección
oficial».
Los vecinos de Binissalem que sufren las emisiones y ruidos
procedentes de la fábrica han valorado positivamente la actitud del
alcalde de Lloseta, que hasta ahora se había mantenido al margen de
sus reivindicaciones. «Parece que hay buena predisposición»,
sentenció Bernat Fiol, portavoz vecinal. Los afectados han acordado
dar de plazo hasta finales de este mes antes de presentar denuncia
ante la Unión Europea. Antes del mes de julio, la fábrica deberá
presentar por escrito un compromiso formal que detalle las
actuaciones que llevará a cabo para reducir las emisiones de polvo
y ruido. La idea de los vecinos es que ese documento esté avalado
por la firma de los alcaldes de los tres municipios afectados:
Alaró, Binissalem y Lloseta.
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