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El cañón que corona sa Penya Rotja en Alcúdia será el protagonista de una operación de rescate espectacular después de que unos gamberros lo hayan desplazado cerca de siete metros con el consiguiente peligro de caída.

El Ajuntament estudia la posibilidad de que un helicóptero de protección civil colabore con los técnicos municipales para devolver el cañón a su lugar de origen y colocarlo sobre una cureña o base de madera para impedir que vuelva a ser arrastrado. El cañón de Sa Penya Rotja o el cañón del moro, como se conoce popularmente, permanece en este lugar desde el año 1603 en que se construyó una batería de defensa desde la que dominar las calas del Pinar, por entonces un nido de piratas. El cañón está realizado en bronce y pesa 16 quintales (cerca de 700 kilos). Originariamente estaba colocado sobre una cureña de madera, similar a la que se reproducirá ahora. Se sospecha que para izarlo hasta el peñasco se recurrió al sistema de arrastre con animales de tiro y ternales.

Según explica Àngel Aparicio, presidente del Grup de Estudi de Fortificacions de Balears (GEFB), la subida del cañón debió suponer un «esfuerzo descomunal». Quizá por ello mientras que el resto de cañones de las Islas fueron poco a poco retirados de los peñascos, este, el de sa Penya Rotja, permaneció en el lugar. El Ajuntament recurrirá a un carpintero para que reproduzca las cureñas de la época y el GEFB presentará un trabajo documental sobre este enclave.