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ÓSCAR DELGADO El término municipal de Llucmajor se ha convertido en el segundo municipio de Mallorca, después de Palma, en crecimiento urbanístico y turístico, según datos facilitados ayer del Grup Balear d'Ornitología i Defensa de la Naturalesa (GOB). La construcción va a acarrear que Llucmajor se convierta «en un lugar insostenible energéticamente y cuyo impacto ambiental va a ser irreparable», explicó Miquel Àngel March, portavoz de la organización ecologista, durante un recorrido por la zona.

Las referencias que aporta el GOB indican que el año pasado este término municipal registró un 15 por ciento del total de construcciones acometidas en la Isla. El término municipal acogió cerca de mil proyectos, por encima de municipios como Calvià o Marratxí. March denunció que las urbanizaciones que se están construyendo en Llucmajor no están respetando zonas rústicas y naturales. Los proyectos iniciados en zonas como Son Verí Nou o Sa Torre han tomado el relevo de lo que en los años 60 y 70 fue el crecimiento generado por las urbanizaciones de El Dorado, Cala Brava o Bahía Azul.

El grupo conservacionista asegura que este término municipal va a contar con una gran concentración poblacional que va a generar problemas energéticos y de aguas. Las depuradoras no van a poder asumir tanta concentración y se va a llegar al colapso. El mantenimiento de las instalaciones conllevará también un sacrificio económico considerable. Además, Miquel Àngel March añadió que las urbanizaciones no respetan el entorno natural y que han llegado a acabar con un pinar. El portavoz del GOB apuntó que si se continúa el ritmo de construcción marcado por el Plan General de Ordenación Urbano (PGOU), Llucmajor, un municipio con unos 20 mil habitantes, podría albergar a 86 mil, lo que agudizaría el colapso señalado.