Cerca de noventa vecinos de Binissalem, Lloseta y Alaró acudieron
ayer al Ajuntament de Lloseta para presentar denuncia
administrativa contra el funcionamiento de la planta cementera de
portland.
Los rumores de que el Consistorio podría conceder licencia de
ampliación a la cementera si ésta presenta un proyecto de
urbanización y demuestra que cumple con los requisitos legales, han
sido el detonante de las movilizaciones de los vecinos que
permanecían a la espera de nuevas noticias de las autoridades desde
que el pasado 10 de junio se manifestaran ante la fábrica. Bernat
Fiol, presidente de la plataforma vecinal, anunció ayer que «si en
el plazo de dos meses no obtenemos respuesta del Ajuntament de
Lloseta tramitaremos estas mismas denuncias ante los juzgados de
Inca».
Los vecinos se quejan de las emisiones de ruido y humos que
provocan perjuicios en la producción agrícola, según explica la
denuncia. Sostienen, además, que el funcionamiento de la planta
pone en peligro la salud pública. Por todo ello, solicitan al
Ajuntament que se decrete la suspensión del funcionamiento de la
actividad industrial que desarrolla Valenciana de Cementos. El
Ajuntament procederá a la comprobación de cada uno de los hechos
denunciados. Tanto el alcalde, Bernat Coll, como el secretario
municipal han confirmado que el Ajuntament no dispone de los medios
necesarios para realizar las inspecciones oportunas por lo que
pedirán la colaboración del CIM para verificar las denuncias.
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