La planta depuradora que comparten el municipio de Muro y el núcleo
costero de Can Picafort se ha quedado pequeña. La capacidad de la
depuradora es de 10.000 metros cúbicos, pero en los días puntas
recibe hasta 14.000, por lo que el funcionamiento de la estación de
tratamiento no es correcto.
«El crecimiento de Muro tiene un tope, pero el de Can Picafort,
no; por esa razón creemos que deberían construir una depuradora
para satisfacer sus necesidades», explica el edil del Ajuntament de
Muro Onofre Plomer. La Platja de Muro sólo tiene un 10 por ciento
de terreno para urbanizar y un 20 por ciento en la villa. Pero en
la zona de Can Picafort, hay varios lugares de crecimiento al otro
lado de la carretera de Artà. Este hecho, junto con el aumento
progresivo de las plazas hoteleras en el municipio, hace que la
producción de aguas residuales aumente con el tiempo. La
sobreexplotación de estas instalaciones provoca olores nocivos que
se perciben, sobre todo, los días con viento, aseguran algunos
vecinos. Incluso desde la carretera se pueden distinguir los
efluvios que emana la depuradora. Esta estación de tratamiento de
aguas residuales fue construida a finales de los años 80. El
Ajuntament de Santa Margalida se hizo cargo de la compra de los
terrenos.
Para la construcción de estas instalaciones se viajó a Ciudad
Real, ya que en Mallorca no había ninguna depuradora que utilizara
el sistema de laguna para tratar las aguas residuales. Actualmente,
la depuradora además de utilizar el lagunaje también usa el sistema
convencional. Según el alcalde Onofre Plomer, en el momento de la
construcción de las instalaciones se previó un aumento de la
población considerable, pero no como el que ha sufrido el núcleo de
Can Picafort, lo que ha desbordado las expectativas.
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