El puerto deportivo de la Colònia de Sant Pere, en el municipio de
Artà, podría legalizarse y quedar como está ahora si la Comissió
Balear de Medi Ambient da el visto bueno al proyecto.
Antes de nada, el club náutico, promotor del puerto deportivo,
tiene que presentar un estudio para analizar de qué forma podrá
afectar a la franja de litoral la afluencia de embarcaciones en las
instalaciones. Es importante destacar que actualmente se encuentran
250 embarcaciones amarradas, aproximadamente. Uno de los temas más
prioritarios que se deben tratar en el estudio son las analíticas
del comportamiento del agua dentro del espejo del puerto. La zona
conocida como el espejo de un puerto son las bahías que se
encuentran entre un amarradero y otro. Este análisis permitirá
saber si es importante o no regular la entrada de embarcaciones en
el interior del muelle y establecer una serie de medidas de
carácter medioambiental.
A principios de abril, el grupo ecologista GOB presentó una
propuesta a la Conselleria de Medi Ambient para reducir a la mitad
los amarres previstos para la construcción del nuevo del nuevo
puerto deportivo de la Colònia de Sant Pere. El GOB propone la
fijación de amarres en una cifra nunca superior a 150, es decir,
reducir a la mitad los que están previstos actualmente. Esta
reducción que propusieron los ecologistas en su momento se debe a
que el puerto deportivo provoca impactos negativos sobre el fondo
marino, ya que el cambio de corrientes y la acción de las olas
sobre el puerto pueden causar graves problemas. También el fondaje
puede provocar una degradación de las praderas de posidonia.
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