La sequía pertinaz que está sufriendo la Comunitat Autònoma está
perjudicando seriamente los productos agrícolas. Los payeses temen
que la cosecha de la almendra se vea afectada gravemente por la
falta de agua que ha parado el ciclo de desarrollo de este fruto
seco tan arraigado en Mallorca. Este hecho llevará consigo que el
porcentaje de bessó por kilo de almendras recogidas con cáscara sea
muy pequeño. Por el momento, el mercado está prácticamente
paralizado. Se espera que sobre el 25 de agosto se ponga en marcha.
Según las expectativas de los agricultores, el volumen total de la
cosecha no se resentirá a pesar de la sequía, ya que los árboles
estas más cargados que nunca de frutos.
El gerente de la Cooperativa del Camp Mallorquí, Joan Magro,
explica que el mercado de la almendra está muy cerrado, ya que son
los productores de Estados Unidos quienes marcan los precios del
producto. Además, si se intentan buscar nuevos mercados, como hace
poco en Israel, los agricultores mallorquines se encuentran unos
aranceles de más del cien por cien. Se da la circunstancia de que
las empresas que se dedican a comercializar almendra de cara al
consumo insular utilizan producto de fuera de las Illes Balears
pese a la gran producción que existe de este tipo de fruto. Hasta
ahora, la práctica totalidad de la cosecha de almendra en Mallorca
se exporta hacia la Península, principalmente a Reus y a las
grandes empresas productoras de turrón y pastelería de la zona de
Levante.
En el extranjero, la almendra mallorquina tiene que competir con
los grandes productores norteamericanos, que son quienes imponen
los precios. Por esa razón, los agricultores locales tienen que ir
a remolque de otros mercados internacionales a la hora de vender
sus productos.
Esta situación puede cambiar si se lleva adelante el ambicioso
proyecto que tiene la Conselleria d'Agricultura para defender y
promocionar la almendra mallorquina. La intención del Govern es
intentar aprovechar el mercado interior, donde hasta ahora sólo se
había entrado de manera tímida. Por el momento, la Conselleria está
colocando bolsitas de almendras en los hoteles, sobre todo para
cicloturistas.
Las ayudas comunitarias acaban dentro de tres
años
Las ayudas europeas al sector de los frutos secos se van a agotar
en un período de tres años, por lo que los agricultores deberán
buscar alternativas para sacar rentabilidad a las almendras. Las
directrices comunitarias apuntan que el medio ambiente recibirá
muchas ayudas, por lo que una solución para sacar provecho a la
cosecha de la almendra será el cultivo ecológico. El gerente de
Camp Mallorquí asegura que estas ayudas ambientales parecen ser la
única solución para competir en los mercados exteriores y que el
campo continúe recibiendo subvenciones.
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