Guillem Bernat, delegado de Cultura del Ajuntament de Sóller, no
pudo ser más explícito cuando tomó la palabra para presentar el
homenaje que ayer rindió la ciudad de Sóller a su nuevo hijo
ilustre, Pere A. Serra. «En esta calurosa tarde de este mes de
agosto vamos a celebrar un acto cargado de protocolo y de justicia,
de estima y reconocimiento hacia nuestro ciudadano e hijo ilustre
de Sóller». Y en la iglesia del convento de los Sagrados Corazones
hubo calor ambiental y calidez humana, la que transmitieron al
homenajeado los familiares y los numerosos amigos que acudieron al
reconocimiento público de la labor realizada durante décadas por
Pere A. Serra. Mucho antes de que comenzara el acto institucional,
el templo ya estaba repleto.
Catalina M. Bernat Joy, instructora del expediente para declarar
a Pere A. Serra como hijo ilustre de la ciudad, tomó la palabra
para leer la biografía del personaje del día. La joven historiadora
sollerica narró los orígenes familiares del protagonista, de los
que adquirió su pasión por el arte y la cultura y su amor por su
valle. Catalina Bernat narró la trayectoria profesional de Serra,
emprendedor de todo tipo de iniciativas periodísticas, mecenas de
artistas, autor de libros, promotor de exposiciones e intelectual.
La secretaria de la Corporación, Catalina Enseñat, dio lectura al
acuerdo plenario que acordó designar a Pere A. Serra hijo ilustre
de la ciudad y el alcalde, Joan Arbona, entregó el pergamino que
acredita esta condición al presidente de Ultima
Hora.
Acto seguido, el batle tomó la palabra para recordar que un día
de Sant Bernat (como ayer) de hace 35 años, Sóller designó como
hijos ilustres al poeta Guillem Colom y al geólogo Guillem Colom.
El batle tuvo un recuerdo para cada uno de los que hasta anteayer
eran los once hijos ilustres del municipio y acabó con una alabanza
del que completa la docena. «Pere Serra es un exponente de hijo
ilustre de nuestra modernidad, de las nuevas tecnologías, de la
importancia que tiene la información en la actualidad». Joan Arbona
también agradeció la «sensibilidad» de Pere A. Serra hacia «las
necesidades culturales, deportivas y sociales» de su ciudad y
recordó que su finca, ses Tanques, siempre ha tenido las puertas
abiertas para sus convecinos.
En el tramo final del acto, Pere A. Serra, protagonizó los
momentos más emotivos. Así, el impulsor de la «Gran enciclopèdia de
Mallorca» recordó su infancia en las aulas de los Sagrados
Corazones y algunas anécdotas con quienes eran sus profesores,
precisamente bajo el mismo techo en que ayer acogió el homenaje a
aquel ex alumno a quien le hicieron repetir cien veces «un cero a
la izquierda no vale nada».
Alternando su discurso preparado con las inevitables
improvisaciones, Pere A. Serra, reivindicó el paisaje del valle que
está pintado y expuesto en museos de todo el mundo. «Estoy muy
preocupado», dijo Serra, «ante el hecho de que Sóller pierde
encanto, se pierde el color de sus montañas, ese color de plata
vieja» y reclamó una actuación para parar el avance de los pinos en
las laderas de su valle. Las últimas palabras del nuevo hijo
ilustre fueron para agradecer el nombramiento y luego entregó el
pergamino que acredita su proclamación a su esposa, Margalida
Magraner, que presenció el acto entre «Ses Valentes Dones». El
concierto de Cor Studium bajó el telón del emotivo homenaje a Pere
A. Serra.
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