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Los prejubilados de la central de es Murterar en Alcúdia no tendrán que abandonar sus viviendas del poblado de GESA. La compañía eléctrica ha dado marcha atrás en su decisión de desalojar a todos sus ex trabajadores.

Hoy era el día fijado por GESA para que sus ex trabajadores y viudas entregasen las llaves de las casas que ocupan junto a la vieja central de Alcúdia, ahora en desuso, pero ninguno ha confirmado su marcha. Luis Massanet, director de servicios y Patrimonio de GESA, ha anunciado que «los prejubilados son un caso especial y no tendrán que irse. Pueden quedarse hasta el día en que debían jubilarse».

Los jubilados y viudas de trabajadores sí tendrán que marcharse, aunque no necesariamente en el día de hoy. Luis Massanet ha confirmado que la empresa no ha dado marcha atrás en cuanto al desalojo de aquellas personas que han perdido el vínculo contractual que les unía con GESA. La empresa eléctrica negociará personalmente con cada uno de los afectados para concretar una nueva fecha para la entrega de llaves, que se fijará en función de las necesidades de cada familia.

Cuando a finales de los años cincuenta GESA decidió abrir una central en Alcúdia, ofreció a las personas interesadas una vivienda junto a las instalaciones como incentivo para la firma del contrato. Hasta ahora nadie ha tenido que abandonar el poblado, independientemente de que hayan concluido sus servicios, pero hace apenas un mes una carta de Endesa notificaba la obligación de devolver sus viviendas a la empresa que las cedió. En un primer momento eran 10 las familias afectadas, pero GESA se ha disculpado ante tres prejubilados por anticipar erróneamente la fecha de su marcha de manera que serán siete los trabajadores que tendrán que dejar el poblado.