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J. RODRÍGUEZ/J. M. SASTRE El conseller d'Agricultura i Pesca, Mateu Morro, aseguró ayer que su departamento ha detectado una cierta «ralentización» en los casos declarados de la enfermedad ovina de la «lengua azul» y que el foco sigue localizado en la zona de Llevant. De esta forma, según los datos que maneja la Conselleria tras el balance del fin de semana, la enfermedad se extiende en la actualidad a 150 explotaciones, el 4 por ciento de las existente en Mallorca, y la mayoría de llamadas provienen de explotaciones ya afectadas.

Morro reiteró que la calidad de la carne que se distribuye en la Isla está garantizada sanitariamente y que las pérdidas que se originen en el sector «depende de que los ciudadanos estén bien informados y no dejen de consumir carne de cordero». En los últimos días, algunos grandes almacenes están haciendo campañas en las que se especifica que el cordero que venden es de otras regiones, situación que se pretende evitar informando «con buenos resultados» sobre lo contraproducente que es esta clase de promociones para la ganadería local. Asimismo, Morro anunció que la campaña de promoción del cordero en Navidad se reconvertirá en una basada en «las garantías de este producto».

A pesar de que desde la Conselleria d'Agricultura han mantenido desde que se conociera la noticia que el virus no puede afectar a los humanos, el consumo de carne de ovino en los distintos pueblos de la zona de protección establecida por el Govern ha descendido de forma notoria.

Por otra parte, según comentaron ayer distintas fuentes, entre los agricultores de los pueblos que rodean el área afectada por el virus, hay también un poco de psicosis ya que «sólo con ver que una oveja tiene una oreja caída se alarman porque creen que el virus ha llegado a sus explotaciones».