El colegio público Es Molins de Búger tiene unas deficiencias
estructurales que impiden el desarrollo normal de las clases, ha
denunciado el director del centro educativo, Guillem Vicenç. El
colegio es un edificio que tiene unos 50 años y presenta entre
otros problemas un alto grado de humedad. Según Vicenç, lo más
grave es que la instalación eléctrica ca se ha quedado anticuada.
«En invierno el centro es muy frío y al poner los cuatro
calefactores en marcha saltan el diferencial eléctrico, este hecho
hace que cada vez se tengan que interrumpir las clases para ir a la
caja de fusibles a arreglar el problema», asegura el director del
centro. Esta situación ya fue comunicada el pasado mes de enero al
Ajuntament de Búger, pero aún no se ha tenido ninguna respuesta.
Desde el centro se ve que empieza el invierno y no quieren que los
niños deban utilizar guantes y gorros de lana para estar en el
interior de las clases.
El Partido Popular denunció durante la pasada sesión plenaria
esta situación, esgrimiendo la carta de la asociación de padres de
alumnos remitida al Ajuntament. El alcalde, Miquel Amengual,
admitió que desconocía la existencia de dicho documento y dijo que
se destinan 600.000 pesetas anuales al centro.
Los populares también denunciaron que el equipo de gobierno se
pasa del presupuesto en las fiestas, pero no invierte ningún dinero
en la educación de los niños del pueblo. El concejal de Educación,
Pere Perelló, no dijo nada durante el debate, pero confirmó que la
asociación de padres solicitó el cambio de la instalación eléctrica
y que hasta ahora no se ha hecho nada.
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