El incremento de las tasas e impuestos aprobado en el pleno de ayer
es especialmente importante en el Impuesto de Bienes Inmuebles
(IBI), que sube el 9'93%; la tasa de recogida de basuras (7%) más
las 3.450 pesetas de la tasa de incineración, el precio de las
guarderías municipales (11%) y los vados (91%). Asimismo, las
plusvalías aumentan de forma considerable. El teniente de alcalde
de Hacienda, Antoni Manchado, admitió que se trata de una subida
«importante» pero necesaria «para poder mantener el nivel de
servicios que reclaman los ciudadanos».
El portavoz del grupo municipal popular en materia económica,
Rafel Garau, acusó al equipo de gobierno socialista de «incumplir
todas las promesas en materia fiscal» y recordó que del mismo modo
en que en la anterior legislatura prometió bajar los impuestos y
los subió, en la presente anunció la congelación de la presión
fiscal y ahora también la ha subido. Garau, en una discreta
intervención, más técnica que política, acusó a la mayoría de
destinar «muchos gastos a gabinetes internos» y concluyó su
intervención acusando al equipo socialista de convertir la hacienda
municipal «en un pozo sin fondo» que se incrementa a base de
aumentar los gastos corrientes y las deudas.
Manchado calificó de «anecdótica» la deuda municipal «porque se
ha invertido mucho». «Para mantener las nuevas inversiones es
necesario que el ciudadano haga un esfuerzo», concluyó. Los nuevos
impuestos y tasas fueron votados de forma individualizada y en la
mayoría de los casos recibieron el voto en contra del PP. El edil
de UM, Isidre Canyelles, no fue al pleno al estar ausente por
motivos profesionales.
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