En la falda de la montaña de Cala Carbó se preveía la construcción de 50 chalets.

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TOMEU GARCIES La urbanización de Cala Carbó ha quedado excluida de la moratoria urbanística del Consell Insular. Según los técnicos, la zona no queda afectada ya que se considera como una parte integrante de la zona urbana de Cala Sant Vicenç y, en ningún caso, un sector urbanizable independiente. Esta situación permite la construcción de 50 viviendas unifamiliares en la falda de la montaña, según el proyecto de los promotores. El Ajuntament dispone de tres meses para decidir si se toman medidas para frenar la edificación, ya que el próximo 23 de enero expira la suspensión de licencias de obra decretada sobre la zona.

La alcaldesa socialista Francisca Ramon se ha manifestado favorable a la firma de un convenio con los propietarios que permita reducir el volumen edificable. Ramon considera muy difícil desclasificar el sector alegando que «el Ajuntament tendrá que afrontar fuertes indemnizaciones, ya que los propietarios tienen unos derechos adquiridos». Segun Ramon, «hablamos de miles de millones de pesetas que no podemos asumir». Y no cierra la puerta a un posible acuerdo con otras instituciones para conseguir la desclasificación.

El PSM, que forma parte del equipo de gobierno, se ha manifestado de forma mucho mas contundente, defendiendo la protección total de Cala Carbó. El regidor nacionalista de Medi Ambient, Gabriel Cerdà, dice que «no podemos consentir que se edifique toda la montaña. Los nacionalistas ya tienen el apoyo de su grupo en el Consell Insular en el caso que se tuviera que intentar una desclasificación.

El conseller Antoni Alorda ha recordado que la protección de Cala Carbó está en manos del Ajuntament. Además, ha matizado que no se deben pagar indemnizaciones si se reduce el volumen permitido, así como tampoco para compensar el lucro cesante o beneficio que se elimina a los propietarios.