200 voluntarios participaron el pasado mes de mayo en la limpieza de la playa de es Carbó. Foto: J.M. SASTRE.

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La sorprendente petición del Ajuntament de ses Salines, gobernado por Unió Mallorquina y Partido Popular, ha trascendido después de que el alcalde, Antoni Caldentey, anunciase públicamente la intención de construir un paseo que uniese la Colònia de Sant Jordi y es Carbó. Esta playa, linda con la finca de s'Avall, propiedad de la familia March, se encuentra a un kilómetro y medio de la Colònia. Es Carbó es una de las pocas playas vírgenes que hay en la Isla, aunque durante los meses de verano se encuentra totalmente saturada de embarcaciones.

La petición del Ajuntament saliner, que está firmada por Juan Burguera, primer teniente alcalde y delegado de Urbanismo, justifica que la playa de es Carbó «no dispone de ningún tipo de instalación temporal para la atención de la misma». «Los usuarios», razona la petición, «no disponen de hamacas para tomar el sol, no tienen servicio de bar que pueda ofrecerles bebidas o comidas rápidas, y se ven obligados a llevarse su propia cesta de comida y luego, algunos de ellos, tiran los desperdicios y papeles en la playa».

La petición municipal argumenta que la instalación de servicios en la playa es necesaria ya que los turistas «hacen sus necesidades fisiológicas o bien en el mar o en la zona boscosa situada junto a la playa, y todo ello degrada el medio ambiente».

Para el Ajuntament de ses Salines es «de primera necesidad dotar a la playa de un kiosko-bar», así como servicios sanitarios y un pequeño botiquín de urgencias para prestar los primeros auxilios en caso de necesidad». La petición del Ajuntament de ses Salines debe ser tramitada por la Conselleria de Medio Ambiente, que es la que tiene competencias en la regulación de las playas.