El mal tiempo no pudo con la Fira-Espectacle de ses Salines, cuya
celebración sólo peligró durante las primeras horas de la mañana.
Al final y, sobre todo, por la tarde, la muestra contó con el
elevado número de visitantes que la han convertido en una de las
ferias más concurridas de Mallorca.
El alcalde de ses Salines, Antoni Caldentey, acompañado por la
delegada del Gobierno, Catalina Cirer; los consellers de
Agricultura, Mateu Morro, y de Turisme, Celestí Alomar, y el
vicepresident del Consell de Mallorca, Antoni Pascual, inauguraron
una escultura donada por Horacio Sapere al municipio.
Después se procedió a la entrega del máximo distintivo de
reconocimiento local, el Grumet de Sal 2001, al vecino de ses
Salines Andreu Bonet. Acto seguido, sin embargo, la lluvia se cebó
con los representantes políticos y apareció de nuevo mientras éstos
realizaban sus discursos. En este momento, muchos visitantes se
marcharon mientras otros iban llegando. Al mediodía, escampó
definitivamente y la fira se desarrolló con normalidad.
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