Centenares de peregrinos protagonizaron en el día de ayer la
tradicional romería de Sant Blai. En bicicleta, a pie e, incluso,
en patinete, los peregrinos llegaron hasta el antiguo oratorio de
Campos para recibir la bendición de Sant Blai. «A Sant Blai sense
fum», fue el lema que recoge el espíritu de la romería campanera,
un recorrido que pretende desprenderse por un día de la
contaminación de los gases de automóviles y motocicletas.
Los caminantes recorrieron el largo camino hasta la iglesia
rural con el fin de impregnarse aceite esencial bendecido por Sant
Blai. Según la antigua creencia religiosa, quien recibe la esencia
bendecida en su cuello, queda preservado de toda dolencia
infecciosa. Por ello, pequeños y mayores untaron ayer su cuello con
el aceite de Sant Blai.
La jornada se inició muy pronto, a las 9.00 horas de la mañana,
los campaners se concentraron en la plaza de los Tres Molins y en
la Plaza Mayor. A las 11 horas, se celebró una misa solemne y
posterior bendición. Después de la liturgia, los participantes
disfrutaron de una monumental paella y, por la tarde, hubo música y
baile popular.
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