Lo que antes eran almendros y naturaleza hoy está amenazado por el
cemento. En el suelo rústico de Campos se procede a la construcción
de un chalet, pero en este caso en concreto su ubicación daña y
altera la imagen de un edificio patrimonial: el oratorio de Sant
Blai de Campos.
Muchos vecinos han criticado el visto bueno dado a esta obra que
se ajusta a las Normas Subsidiarias, pero que provoca un impacto
visual muy grande. En este sentido, la delegación local de Arca ha
lamentado de forma generalizada que «no hay, por desgracia, una
planificación mínima de los usos del suelo en lugares como sa
Ràpita, ses Covetes, sa Sorda, Sant Blai (donde prolifera
especialmente la segunda residencia, ocultando incluso la
visualización del oratorio) o en el casco urbano».
«Desafortunadamente, no hemos visto crecer el pueblo de forma
mínimamente ordenada, con previsiones de suelo edificable. Nunca
hemos visto proyectos sociales de vivienda, ni un proyecto serio de
polígono industrial y artesanal, con empresas hoy dispersadas con
desorden por todo el término», añade ARCA. «Instamos a las
administraciones a intervenir seriamente para planificar el futuro
y dar respuestas a los problemas», concluye el colectivo presidido
por Pere Ollers. En la romería del pasado domingo, el chalet en
cuestión, que causó «sensación», se convirtió en objeto de debate
entre los vecinos.
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