Como ya sucediera con la emblemática factoría de embutidos Ca
n'Abellanet, ahora la antigua sede de la Capella de Manacor será
también demolida. La falta de un catálogo patrimonial
histórico-artístico más amplio está a punto de provocar la
desaparición de otro edificio importante para la ciudad. En el
carrer d'Artà, esquina con el de Sant Joan, se ubica lo que fue
local de ensayo de una de las corales más prestigiosas de Mallorca,
la Capella de Manacor, fundada en el año 1897. La antigua sede de
la formación musical, un inmueble de comienzos del siglo pasado de
líneas neoclásicas, pasará a ser un bloque de dos pisos de
viviendas particulares.
El estado de conservación actual de la casa es de una alarmante
degradación que incluso amenaza ruina. Las grietas recorren buena
parte de la fachada principal, coronada por un tímpano que la
diferencia de otras construcciones de la época. «Es muy vieja y no
se puede salvar», manifestó ayer el actual propietario, Jaume
Bover, que también detalló que su familia la posee desde hace más
de cuarenta años. La Capella de Manacor fue impulsada por Mossèn
Antoni Josep Pont, con la colaboración de Mossèn Antoni Noguera y
Miquel Amer. Entre su repertorio, figuraba su propio himno, con
letra de Miquel dels Sants Oliver y música de Antoni Noguera.
La trayectoria de la coral se convirtió en un movimiento
cultural dinámico. El grupo llegó a contar unos 90 miembros,
compuesto mayoritariamente por payeses. La Capella vivió momentos
de esplendor y de decadencia. De sus actuaciones, destacan las
ofrecidas en el Palau de la Música de Barcelona (1950 y 1952) y el
concierto de homenaje a Antoni Noguera (1955). En 1987, la Capella
concluyó su actividad musical, muy recordada y admirada por muchos
manacorins.
Por otra parte, tras unos dos años de provocar impacto visual y
preocupar al vecindario del centro de la ciudad, el edificio más
alto empieza a desprenderse de los andamios. Las obras de
rehabilitación de la fachada están a punto de culminarse y las
obras ya se ejecutan sólo en un lateral. Sa Bassa recobra así
elegancia y tranquilidad, aunque la llamativa estructura de cemento
(casi tan alta como el campanario de Els Dolors) sigue siendo
objeto de críticas vecinales.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.