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77 CAJASUR: Báez (5), Crawford (25), Ferrer (8), McClark (7), Mendoza (7) "cinco inicial", Garrido (4), Chanca (7), Pineda (8) y Camacho (6).
22 de 43 en tiros de 2 puntos. 5 de 19 en tiros de 3 puntos. 18 de 21 en tiros libres. 29 rebotes (16 en defensa y 13 en ataque). 25 faltas personales.
82 DRAC INCA: Villar (0), Navalón (12), Grimau (12), Alzamora (26), Green (8) "cinco inicial", Borrell (0), Xavi Puyada (17), Montañana (6), Bordas (2).
19 de 40 en tiros de 2 puntos. 8 de 18 en tiros de 3 puntos. 21 de 32 en tiros libres. 35 rebotes (19 en defensa y 16 en ataque). 19 faltas personales.
Àrbitros: Garmendia Zorita y Rodríguez de Rada. Excluyeron por cinco faltas personales a Nalvalón. Castigaron con una falta antideportiva a Alberto Alzamora.

Un nuevo Drac Inca amaneció en Córdoba. Tapado por las derrotas e imbuido en una dinámica autodestructiva, el grupo de Oliete se regeneró en un escenario donde paradójicamente había escrito algunas de sus páginas más negras. Nunca en fase regular había logrado ganar en Vista Alegre y justo cuando la situación era límite, Alberto Alzamora y Xavi Puyada se echaron el equipo a sus espaldas y cosieron un triunfo clave. Al margen de lo que ofreció el cuadro balear sobre la cancha, victorias de este tamaño y trascendencia son las que distinguen a los tipos que portan la pizarra. José Luis Oliete, aunque la tiranía del resultado pueda haber puesto muchas cosas en tela de juicio, es un entrenador enorme.

Sólo así se entiende que haya sido capaz de resucitar a un equipo que desprendía un desagradable olor a cadaver. La clasificación lo deja claro, pero el Drac Inca rubricó un triunfo sin precio en el mercado por dos aspectos fundamentales: dejó malherido a un rival directo en la pugna por evitar los cuatro últimos puestos de la clasificación y además lo hizo por segunda vez. Así como está la Liga, los averages particulares pueden determinar muchas cosas. El arranque de partido que protagonizó el Drac Inca resutó galáctico. Defendió como nunca y ataque con una solvencia que había mostrado en muy pocas ocasiones.

Cajasur se vio desbordado de inicio y al final del primer cuarto el partido mostraba una enorme fractura: 11-30. Alzamora causaba daños irreparables en el corazón del rival, aunque los problemas para sujetar a Crawford acabaron levantando al equipo local. El Cajasur nunca le dio la espalda al partido y aferrado a la clarividencia de su alero americano, asustó al Inca en el tercer cuarto. Un parcial de 18-10 alteró sustancialmente el guión del partido (56-58 en el minuto 29), pero un magistral Xavi Puyada entró en acción y el triunfo no se escapó. Pese a la aparente placidez que había adquirido el partido en el primer tiempo, el Inca tuvo que aplicarse con mucha seriedad en el último cuarto ante el empuje de su rival.