El Ajuntament de Sant Joan acordó anteanoche, mediante una moción
aprobada por unanimidad, instar al Consell de Mallorca a llevar a
cabo la ampliación de la polémica carretera PM-323, que une las
localidades de Sant Joan y Sineu, «con el trazado que sea
técnicamente más viable teniendo en cuenta que ha de ocasionar el
mínimo perjuicio a los propietarios de las fincas colindantes».
El batle, Gabriel Mora (PP), indica que en apenas dos días se
han recogido cerca de 200 firmas en favor de la citada acometida.
«Es una carretera del año 1700, donde cada día ponemos en peligro
la vida de los estudiantes que se dirigen al instituto de Sineu. No
pedimos una autopista, sino una carretera del año 2002», señala el
primer edil, quien apunta que incluso se ha planteado la
paralización de la circulación como una medida de presión para
exigir la remodelación urgente.
El conseller Antoni Pascual y el director insular de Carreteras,
Gonzalo Aguiar, mantuvieron ayer una reunión con el alcalde de
Sineu, Andreu Matas; el responsable de Urbanismo, Jaume Ferriol, y
el portavoz municipal del PP, Josep Oliver. Los representantes
municipales quisieron aclarar en la reunión de ayer su postura
favorable a la reforma de la carretera siempre y cuando se realicen
una serie de modificaciones, especialmente en dos puntos donde
consideran que se comete un gran impacto afectando a demasiados
propietarios.
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