Las dificultades en la circulación que padece a diario la carretera
de Lluc debido a sus características físicas "mal estado en muchos
tramos" y a la confluencia en ella de cicloturistas, coches y
autobuses, aumentan gravemente durante los fines de semana de la
época primaveral, cuando se incrementa notablemente el numero de
personas que suben al Santuari.
Entonces la vía resulta prácticamente intransitable. La enorme
afluencia de vehículos sumada a las características físicas de la
carretera, con una gran cantidad de curvas y fuertes pendientes,
imposibilitan los adelantamientos a bicicletas y convierten la
subida a Lluc en un calvario. Quienes utilizan el coche para
desplazarse hasta Lluc tienen que hacerlo, durante tramos
kilométricos, a velocidades muy reducidas detrás de algún ciclista
al que no se puede adelantar debido a la falta de visibilidad por
las curvas o el hecho de que el carril contrario está ocupado.
Cuando los coches no tienen posibilidad alguna de adelantar, se
forman largas colas de vehículos casi parados y el problema se
agrava. La peligrosa situación empeora cuando los ciclistas o
motociclistas que circulaban tras las colas de coches los alcanzan
e intentan adelantar sorteando obstáculos como pueden, por la
derecha e izquierda.
La coincidencia al mismo tiempo de coches, autobuses y
bicicletas sobre una carretera peligrosa y en mal estado en muchos
de sus tramos, provoca una situación de caos circulatorio y un
consecuente peligro para todos los usuarios. Son muy numerosas las
quejas de los conductores que suben a Lluc durante los fines de
semana, que protestan por la falta de control y vigilancia
existente en la carretera por parte de las autoridades.
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