La numerosa presencia de cicloturistas complica mucho la circulación de coches y autobuses por la carretera de Lluc. Foto: MAR COMÍN

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LUIS PLANAS/MAR COMÍN Las dificultades en la circulación que padece a diario la carretera de Lluc debido a sus características físicas "mal estado en muchos tramos" y a la confluencia en ella de cicloturistas, coches y autobuses, aumentan gravemente durante los fines de semana de la época primaveral, cuando se incrementa notablemente el numero de personas que suben al Santuari.

Entonces la vía resulta prácticamente intransitable. La enorme afluencia de vehículos sumada a las características físicas de la carretera, con una gran cantidad de curvas y fuertes pendientes, imposibilitan los adelantamientos a bicicletas y convierten la subida a Lluc en un calvario. Quienes utilizan el coche para desplazarse hasta Lluc tienen que hacerlo, durante tramos kilométricos, a velocidades muy reducidas detrás de algún ciclista al que no se puede adelantar debido a la falta de visibilidad por las curvas o el hecho de que el carril contrario está ocupado.

Cuando los coches no tienen posibilidad alguna de adelantar, se forman largas colas de vehículos casi parados y el problema se agrava. La peligrosa situación empeora cuando los ciclistas o motociclistas que circulaban tras las colas de coches los alcanzan e intentan adelantar sorteando obstáculos como pueden, por la derecha e izquierda.

La coincidencia al mismo tiempo de coches, autobuses y bicicletas sobre una carretera peligrosa y en mal estado en muchos de sus tramos, provoca una situación de caos circulatorio y un consecuente peligro para todos los usuarios. Son muy numerosas las quejas de los conductores que suben a Lluc durante los fines de semana, que protestan por la falta de control y vigilancia existente en la carretera por parte de las autoridades.