La familia Ordines, propietaria del Castell de Alaró, y el
conseller de Promoción Económica del CIM, Bernat Aguiló,
protagonizaron ayer un altercado. Los incidentes se iniciaron
después que Aguiló saltase una barrera que cierra el camino que
lleva a los aljibes. En esta barrera, los propietarios del castillo
colocaron un cartel como propiedad privada.
Sin embargo, el alcalde, Josep Gomila, defiende que el acceso y
la propiedad de la zona es pública y que la barrera la puso el
Ajuntament. Aguiló entró en la zona para comprobar unas obras que
el Consell realiza en la hospedería, cuando fue requerido por los
propietarios. Entonces, se abrió una discusión que subió de tono
hasta el punto que Aguiló requirió la presencia de la Guardia
Civil, que se desplazó hasta la montaña desde el Pont d'Inca y
levantó acta de lo sucedido.
La familia Ordinas asegura que el camino es de su propiedad y
que Aguiló, como a mínimo, debería haber pedido permiso cuando lo
requirieron. Además, culpan al conseller de comportarse de forma
«prepotente, dictatorial y provocativa».
Por su parte, Aguiló indicó que hoy estudiará con los servicios
jurídicos del Consell si presenta una denuncia por coacción. El
nacionalista negó que hubiese provocado a los propietarios y
argumentó que pasó la barrera porque considera que el camino es
público. «He llamado a la Guardia Civil porque me estaban grabando,
pero luego no han querido entregar la cinta». El alcalde Gomila
convocará una reunión extraordinaria de la Fundación del Castillo
para analizar los hechos.
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