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C. VENY/C. MORENO Un grito unánime se pudo escuchar ayer entre las numerosas tumbas del cementerio de Son Coletes de Manacor. Un grito por la República y un llanto por todos los republicanos que murieron fusilados en manos de sus hermanos del bando franquista. Un pasado negro que no deja indiferentes a la multitud de personas que ayer al mediodía se congregaron ante la fosa común de los 900 republicanos asesinados en el cementerio de Manacor durante la Guerra Civil.

Un año más, este acto no ha contado con el apoyo del Ajuntament de Manacor y, en este sentido, fueron muchos los que criticaron «el olvido institucional». De todas maneras, muchos políticos de izquierdas hicieron acto de presencia como por ejemplo los regidores del Ajuntament como los nacionalistas Miquel Vives y Margalida Fons. Por otra parte, estuvieron presentes destacados miembros del PSM como Maria Antònia Vadell; del PSOE, la diputada Mercè Amer; el senador de EU, Manolo Cámara, y el portavoz de ERC en Manacor, Joan Lladó.

El homenaje comenzó con una ofrenda de una corona de laurel que fue depositada por Catalina Estelrich y Maria Massanet, dos hijas de republicanos muertos. Después se realizaron los parlamentos y, finalmente, Jaume Santandreu cerró el acto recitando El clam de les víctimes.

Un año más, el grupo político Ales de Santa Maria organizó un sencillo homenaje en memoria de todos los republicanos del municipio asesinados en defensa de la legalidad democrática.

Unas cincuenta personas se reunieron en el cementerio del pueblo para recordar a Miquel Cabot, Josep Santandreu, Joan Tramulles, Bartomeu Canyelles, Antoni Oliver y el alcalde de Búger Joan Alemany.