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A. BASSA/M.F. Más de un centenar de vecinos decidieron cortar la carretera Palma-Cala Rajada a su paso por Capdepera ayer al mediodía para presionar a las Administraciones Públicas con el objetivo de que acaben las obras de la vía de circunvalación y se desvíe el trafico rodado por fuera del casco urbano. Los vecinos, dado que se han llevado a cabo todos los trámites burocráticos necesarios y se demora la solución, decidieron emprender acciones y llamar la atención del Govern, Consell de Mallorca y Ajuntament de Capdepera.

«Estamos cansados de reivindicar que se regule el tráfico por razones de peligrosidad. Los vecinos no nos podemos pasear tranquilos puesto que no existen aceras y sufrimos por los niños. Hay que tener en cuenta que en la carretera hay una escuela. El lunes habrá una reunión entre los representantes del Ajuntament de Capdepera y el conseller d'Obres Públiques, Francesc Quetglas, y queremos que de una vez por todas se tomen medidas», explicó Sebastià Sureda en representación de la asociación de vecinos de Capdepera, organizadora de la manifestación.

Los vecinos portaban pancartas en las que se podía leer: «Aumasa! camions, autocars, fora», «En aquests carrers passam pena de viure», «No ens cansarem, lluitarem fins que ens donin solucions». La gente mostraba su indignación por la inseguridad que provoca la circulación en este tramo de la carretera por las calles Gómez Ulla, Port y Llum. «Ahora que tenemos dos alcaldes, no han venido ni uno ni otro», comentaban algunos de los manifestantes. No obstante, algunos regidores de la oposición se adhirieron a la protesta, como Antoni Muntaner (Es Grup) y Felip Esteva (PSM).

La manifestación fue pacífica en todo momento y no creó graves colapsos puesto que desde el primer momento la Policía Local desvió el tráfico. Incluso un autocar de Aumasa (que tienen prohibido el paso por este tramo de la carretera) fue sancionado con una multa al no respetar las normas. «Con la protesta demostramos que no es imprescindible que los coches pasen por esta zona, pues no ha sido ningún trauma desviar la circulación», concluye Sureda.