La Comissió Balear de Medi Ambient ha informado desfavorablemente
al proyecto de explotación y evaluación de impacto ambiental del
dragado de Cap Salines (ses Salines) y al estudio complementario
realizado por el Institut Mediterrani d'Estudis Avançats (Imedea).
En su informe, la Comissió de Medi Ambient considera que esta
actuación causará toda una serie de impactos adicionales a la zona
de extracción «prácticamente irreversibles, por su repetición
temporal», sobre la fauna y las praderas de posidonia. «Además,
estas acciones alterarán sustancialmente las redes tróficas y la
producción de este enclave».
La evaluación de impacto ambiental calcula, según este
organismo, «de forma errónea» en dos años la recuperación de las
poblaciones de peces y de la fauna de invertebrados en la zona de
extracción. En el caso de los bancos de raors, por ejemplo, se
calcula en más de 10 años su recuperación, según un informe de la
Direcció General de Pesca. Además, esta evaluación de impacto
ambiental no ha analizado el impacto de las extracciones que se han
llevado a cabo en los últimos 20 años en la mayoría de caladores de
raors. Tampoco evalúa los impactos negativos sobre la pesca
deportiva y profesional que pueden derivarse de este proyecto.
Respecto al informe del Imedea «Estudio de la zona de préstamo
de Cap Salines», la Comissió de Medi Ambient subraya que sólo
afecta a un 4% (200.000 metros cúbicos) de los 5.100.000 metros
cúbicos de la totalidad del proyecto. No justifica con un estudio
hidrodinámico porqué la distancia de protección ha de ser de 200
metros de la posidonia y no más. La comisión mantiene que no es
correcto el cálculo de recuperación de la flora y fauna afectada y
que no se ha valorado el impacto residual de la desaparición de la
vegetación y fauna bentónica. Finalmente, expone la Comissió de
Medi Ambient que este estudio no prevé alternativas diferentes a la
alimentación artificial de las playas.
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