El Ajuntament de Llucmajor y la parroquia de Sant Miquel anunciaron
ayer el inmediato cierre del santuario de Gràcia a causa de los
últimos desprendimientos. El alcalde, Lluc Tomàs; el rector de la
parroquia de Sant Miquel, Jaume Puigserver; el concejal de Medio
Ambiente, Sebastià Artigues, y el donat de Gràcia, Sebastià
Amengual, explicaron que este cierre se produce de forma indefinida
hasta que se pueda garantizar la integridad física de los
visitantes.
El pasado jueves, el rector informó de los últimos
desprendimientos desde sa Falconera. Debido a las recientes
precipitaciones, se detectó el desprendimiento de piedras de «unos
35 centímetros de longitud y más de tres quilos de peso que caen
desde una altura de 50 metros».
La orden de cierre fue acordada después de haberse mantenido
entrevistas entre los representantes de los ayuntamientos de
Llucmajor y Algaida, el Obispado y el Instituto Geológico Minero,
cuyos técnicos aconsejaron el inmediato cierre del santuario para
evitar daños personales. El rector Puigserver lamentó que esta
medida cautelar provocara un transtorno a muchas familias pues para
este año ya se habían reservado 35 bodas, bautizos y comuniones.
Ahora se intentará que estas celebraciones sean convocadas en Cura,
Sant Honorat o Randa.
El donat seguirá viviendo en las casas de Gràcia, pues por ahora
el edificio no corre peligro. El Ajuntament solicitará informes y
ayudas a las Administraciones Públicas para solucionar este
problema con la mayor rapidez posible.
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