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El Consell de Mallorca derribará este verano en Sant Elm (Andratx) la estructura de dos bloques de apartamentos cuya construcción quedó paralizada a principios de los años 90. El estado de abandono y deterioro del entorno impulsó al organismo insular a iniciar, hace dos años, el expediente de infracción urbanística. El permiso de obras de estos bloques se remonta al año 1989. Las obras comenzaron a principios de los 90, pero poco después las promotora Mallorquina de Contratas quebró y se paralizaron. La construcción se quedó en manos de Caja Madrid.

Con la aprobación de la Ley de Espacios Naturales, en 1991, los terrenos quedaron clasificados como Àrea Rural de Interés Paisajístico. Además, el Plan de Ordenación de la Oferta Turística (POOT) impuso la protección de la zona costera. Las diferentes leyes de protección territorial hicieron ilegalizable la construcción.

En mayo de 2000, el Consell de Mallorca decidió iniciar el expediente de infracción urbanística. Caja Madrid, actual propietaria de la edificación, donará al Consell la propiedad de estos terrenos a cambio de que el organismo insular asuma la demolición, según explican Miquel Àngel Flaquer, conseller de Hisenda, y Miquel Àngel Grimalt, director insular de Urbanismo. Flaquer ha destacado la buena predisposición de la entidad bancaria y de su director provincial, Francisco Sánchez. «Con esta solución nos aseguramos que esta zona nunca se podrá recalificar».

Miquel Àngel Grimalt, por su parte, apunta que el derribo «seguramente» no se llevará a cabo con explosivos, ya que la vegetación invade la zona y es preferible evitar el riesgo de incendio. En uno de los bloques está construida la planta baja y el semisótano y, en el otro el sótano, la estructura de la planta baja y el forjado e iniciada la estructura de la piso y los pilares. Este es el segundo derribo de edificios obsoletos que ejecutará el Consell. El primero fue el hotel Monnàber.