Después de una reunión maratoniana, a última hora de la tarde ayer,
se llegó a un principio de acuerdo que pone fin al encierro
indefinido de los trabajadores del Club Med. El acuerdo de las tres
partes empresariales con los trabajadores supone el compromiso de
la nueva empresa explotadora (Roxa) de recolocar a cuatro empleados
fijos en otras de sus industrias turísticas de la Isla. Al resto de
los trabajadores (115 procedentes de la Península) y tal como ellos
mismos solicitaron, se les pagará una indemnización de 45 días por
año trabajado en concepto de despido improcedente.
El 75% de estas indemnizaciones serán asumidas por el Club Med,
antigua empresa arrendataria del complejo turístico, y el 25%
restante, por la propiedad de los terrenos y Roxa. El montante
económico de la operación oscilará entre los 1'08 y 1'14 millones
de euros (180 y 190 millones de pesetas). Además, según explicó
Guillem Vadell, representante de los trabajadores por el sindicato
UGT, «se ha logrado el compromiso de que cuando se abra el
complejo, los antiguos trabajadores tendrán preferencia en la
recolocación si les interesa».
Vadell se mostró satisfecho por el preacuerdo, que fue suscrito
ayer noche, y agradeció la mediación de la Conselleria de Treball.
Los trabajadores aprobaron ayer en asamblea el acuerdo. Eberhard
Grosske, conseller de Treball, también expresó su satisfacción:
«Aunque a veces cuesta, se ha impuesto el sentido común y se ha
llegado a una solución razonable. Todas las partes eran conscientes
de que era una situación socialmente y humanamente
intolerable».
«Ha habido», añadió el titular de Treball, «una buena
disposición de todas las partes que, además, tenían una relación
muy compleja entre ellas. También ha pesado que de no llegar a un
acuerdo, el perjuicio recaía sobre ellos. Tenían un problema
añadido porque dependen de las administraciones para su
funcionamiento».
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