En la imagen, las cocheras de la estación de Sóller, repletas de vagones y automotores, durante el paro matinal. Foto: MARÍA VÁZQUEZ/SEBASTIÀ AMENGUAL

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La práctica totalidad de los trabajadores del Ferrocarril de Sóller SA secundó la primera jornada de huelga, convocada para la jornada de ayer. Según fuentes sindicales y del comité de empresa, el 98% del personal respetó los paros de 9.30 a 12.30 y de 14.45 a 17.45 horas, pues sobre una plantilla de cien trabajadores sólo dos administrativos siguieron en sus puestos. Maquinistas, conductores, revisores y personal de talleres pararon en seco, permaneciendo concentrados en las estaciones de Palma, Son Sardina, Bunyola y Sóller, o en sus aledaños.

El paro afectó a un total de nueve trenes y tranvías turísticos contratados por las agencias de viajes con un pasaje aproximado de 2.400 personas. En plena temporada turística alta, la cifra podría haber alcanzado los 3.000. Además, los usuarios particulares que acudieron a la estación de Palma para realizar el viaje Palma-Sóller en el tren ordinario de las 10.40 (considerado turístico) también quedaron en el andén. En las pizarras se informaba de la suspensión del servicio a causa de la jornada huelguista. En Sóller, muchos turistas esperaban en balde y desconcertados en las paradas del tranvía.

La empresa del ferrocarril puso autocares a disposición de los turistas para realizar el trayecto pero los pasajeros declinaron la invitación al preferir realizar el viaje en tren, tal como tenían concertado. La anulación de los servicios provocó también graves efectos secundarios en las empresas dedicadas a las excursiones marítimas entre el Port de Sóller, Cala Tuent y sa Calobra, cuyas barcas de recreo permanecieron amarradas.

Un portavoz de las navieras indicó a este periódico que «por si no fuera suficiente con los problemas de la baja temporada turística de este año, ahora se suma la huelga del tren».