· 11.15 horas. Estellencs.
Día espléndido en Estellencs. Los turistas que van a visitar el pueblo no tienen ningún problema para tomar un café o comprar un souvenir. Todos los comercios están abiertos, mejor dicho casi todos. Sólo el horno ha decidido secundar la huelga general y, como es el único, es lo más comentado. El Ajuntament funciona con normalidad con servicios mínimos. «Me han dicho que aquí ni en el 88 se notó la huelga general», comenta un trabajador municipal. María Àngeles Pons, propietaria de una cafetería en Estellencs, no encuentra ninguna diferencia con otro día del mes: «Casi todo el mundo está trabajando». Los comercios de cerámicas y productos mallorquines reciben a los turistas con toda tranquilidad. En los hoteles del pueblo, tampoco se secunda la huelga.
· 12.45 horas. Banyalbufar.
El pueblo de Banyalbufar está especialmente bonito por estas fechas. El buen tiempo anima a los visitantes a acercarse a la localidad. Quienes visitan este municipio, tampoco se enteran que se celebra una huelga general. Ningún indicio de UGT y CC OO, organizaciones sindicales convocantes de la huelga general. Sólo se ha notado en que algunos empleados de empresas de construcción no locales no se desplazaron a Banyalbufar como otros días, según indica el alcalde Manuel Romero, quien también precisa que en el Ajuntament funcionaban servicios mínimos. Margarita, de Cerámicas Mallorca, no para de atender a los turistas. «Quizás hoy hay más movimiento que otros días, porque al saber que en otras zonas los comercios podrían estar cerrados, han venido aquí», asegura. Esta comerciante está más preocupada porque la temporada turística no está funcionado bien.
· 13.00 horas. Valldemossa.
Junio por lo general no es un buen mes para Valldemossa y, aún así, el 20-J hay bastante movimiento en esta emblemática localidad de la Serra de Tramuntana. Sus calles empedradas son un trasiego de ir y venir de turistas, quienes tuvieron la oportunidad de probar comida mallorquina, adquirir cerámica o comprar algún vestido de verano. Todos los comercios, bares y restaurantes ha abierto sus puertas. La Cartuja también se puede visitar con toda tranquilidad. Todas las celdas están abiertas al público. Eso sí, no han llegado los aproximadamente 30 autocares de excursiones con guía como otros días, pero los turistas han buscado sus propios medios para llegar a Valldemossa. Los vecinos comentan que incluso se han visto trabajadores de la compañía GESA que normalmente no se desplazan por allí.
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