Carreteras sin camiones, ni autocares ni coches de alquiler y zonas
costeras prácticamente desiertas. Ésta es la imagen que ofrecían
ayer por la mañana los núcleos turísticos de las comarcas de
Llevant y Migjorn, donde miles de personas, la mayoría trabajadora
en el sector de la hostelería, secundaron la huelga y se
manifestaron en las calles y, sobre todo, ante los hoteles y
establecimientos abiertos.
Un 90 por ciento de los hoteles de Cala Millor, Cala Rajada,
Cala d'Or y Cales de Mallorca estuvo con servicios mínimos, según
los sindicatos. También las grandes superficies, bares y
restaurantes colgaron por unas horas el cartel de «Cerrado»,
mientras que algunas tiendas de souvenirs ofrecían sus productos a
los pocos turistas que salieron a pasear.
En Cala Millor, donde se manifestaron 400 personas, algunos
huelguistas entraron en hoteles y gritaron contra las pocas
personas que trabajaban. Algunos derribaron expositores y macetas,
y vertieron cerveza en algunos locales comerciales. Los
propietarios expresaron sus quejas a la Policía Local, que vigilaba
la zona junto a la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de
Policía.
Con los gritos de «cobardes», se dirigieron los casi 250
manifestantes de Cala d'Or a las pocas personas que trabajaban en
los hoteles en una concentración que se desarrolló sin altercados y
con total normalidad. De hecho, la Guardia Civil de Santanyí que
siguió la manifestación desde la distancia, no tuvo que
intervenir.
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