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JOSEP M. SASTRE/ CATERINA VENY Carreteras sin camiones, ni autocares ni coches de alquiler y zonas costeras prácticamente desiertas. Ésta es la imagen que ofrecían ayer por la mañana los núcleos turísticos de las comarcas de Llevant y Migjorn, donde miles de personas, la mayoría trabajadora en el sector de la hostelería, secundaron la huelga y se manifestaron en las calles y, sobre todo, ante los hoteles y establecimientos abiertos.

Un 90 por ciento de los hoteles de Cala Millor, Cala Rajada, Cala d'Or y Cales de Mallorca estuvo con servicios mínimos, según los sindicatos. También las grandes superficies, bares y restaurantes colgaron por unas horas el cartel de «Cerrado», mientras que algunas tiendas de souvenirs ofrecían sus productos a los pocos turistas que salieron a pasear.

En Cala Millor, donde se manifestaron 400 personas, algunos huelguistas entraron en hoteles y gritaron contra las pocas personas que trabajaban. Algunos derribaron expositores y macetas, y vertieron cerveza en algunos locales comerciales. Los propietarios expresaron sus quejas a la Policía Local, que vigilaba la zona junto a la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía.

Con los gritos de «cobardes», se dirigieron los casi 250 manifestantes de Cala d'Or a las pocas personas que trabajaban en los hoteles en una concentración que se desarrolló sin altercados y con total normalidad. De hecho, la Guardia Civil de Santanyí que siguió la manifestación desde la distancia, no tuvo que intervenir.