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El conseller d'Agricultura, Mateu Morro, admitió ayer que la declaración de reserva marina de la zona de Cap Salines se aceleró para que no se realizasen dragados de arena para regenerar las playas, pero aseguró que en ningún momento «se hizo en contra del Ministerio de Medio Ambiente, sino para preservar los recursos pesqueros y marinos». La intención del Ministerio era extraer como máximo 300.000 metros cúbicos de arena de la zona para regenerar las playas del norte de Mallorca que quedaron dañadas por el temporal de hace ahora casi un año. Este dragado de arena no se realizó al proteger la zona el Govern mediante la declaración de reserva marina, al entender que las aguas interiores eran de su competencia.

El Portavoz del PP, José María González Ortea, acusó al Govern de no querer «colaborar con el Ministerio, ni buscar soluciones alternativas» y «torpedear las decisiones que se toman desde Madrid para que el Gobierno Central parezca el malo de la película». Ortea agregó que «sacar arena no era un capricho, sino una necesidad porque las playas estaban en mal estado». A su vez, destacó que el Ministerio «encargó estudios de impacto medio ambientales y no se alteraba el entorno».

Morro indicó que el decreto era resultado de un largo y estudiado trabajo, ya que se habían hecho informes en 2000 y 2001 que aconsejaban la protección de la zona. También dijo que lo pidieron los pescadores de sa Colònia a finales de 2001.