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Lejos de convertirse en una alternativa al tráfico interurbano y descongestionar el eje principal de la carretera de Vilafranca, la nueva variante del municipio se ha abierto al tráfico con muchas deficiencias que diariamente suscitan decenas de críticas; unas críticas lideradas por el propio Ajuntament, que desde un principio ha protagonizado algunas discrepancias con el Ministerio de Obras Públicas y que ahora, se trasladan a la Conselleria. Después de tres meses de funcionamiento, se han dejado sin resolver un conjunto de deficiencias que el Ajuntament considera de «vital importancia tanto para la seguridad viaria como para la de los mismo vecinos», asegura el alcalde de Vilafranca, Jaume Sansó.

El Ajuntament reclama a la Conselleria d'Obres Públiques que de «forma urgente» se haga llegar al Consistorio una relación de todas las propiedades ocupadas sin expropiar y que se agilicen los trámites para realizar los pagos a los afectados.

Pero las reclamaciones no acaban aquí y también se extienden a las consecuencias de las obras de la variante. El paso de los camiones de la empresa constructora de la carretera deterioran caminos y calles. Ahora el Ajuntament pide su reparación.