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TOMEU OBRADOR/J.M.S.
La vida de los vecinos de Vilafranca ha cambiado con la apertura de la ronda de circunvalación. Si hace apenas unos meses cruzaban la carretera principal del municipio 30.000 vehículos cada día, el domingo 1.200 vecinos de la localidad ganaron la partida y recuperaron, en una fecha histórica, el espacio perdido con una cena para recaudar fondos en beneficio de las obras de remodelación de la cubierta de la iglesia.

Tras décadas separados, los vecinos se reencontraron sin miedo, un temor que dijeron sentir los más jóvenes del municipio a quienes les educaron desde pequeños para que no se acercaran al «monstruo» en que se convirtió la arteria principal de Vilafranca.

La cena fue toda una fiesta donde los vecinos comieron trampó y degustaron también croquetas y tortillas que cocinaron en sus casas. Los asistentes se lo pasaron en grande con la música de s'Arrual Jazz Mort y los dimonis.

Con motivo de la celebración de esta cena, los vecinos de la calle engalanaron los balcones de sus casas con las banderas cuatri barradas de Vilafranca y macetas de varios colores.