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La costa sur de Mallorca apareció ayer repleta de manchas marrones. Delante de s'Estanyol, sa Ràpita, es Trenc y la Colònia de Sant Jordi se divisaron múltiples «galletas» (como también se denomina popularmente a esta acumulación de sustancias), en zonas más espesas y en otros lugares más claras. Estas manchas provocaron quejas entre los vecinos y muchos bañistas renunciaron a sumergirse dentro del agua, aunque el sol apretaba.

Las causas de la aparición de estas manchas son diversas y confusas. La mayoría de residentes, técnicos y pescadores consultados defendieron la hipótesis que apunta a la fermentación de las algas marinas. La ola de calor habría acelerado el proceso de putrefacción de la posidonia. Otra versión atribuyó las manchas marrones a los restos fecales vertidos en el mar por cientos de barcos que a diario surcan el litoral de la comarca del Migjorn. La mezcla de gasoil con los excrementos humanos provocan que éstos adquieran consistencia y sean transportados por las corrientes marinas hasta las rocas, playas y clubs náuticos. Esta situación llegó ayer a tal extremo que las rocas fueron teñidas del color marrón.

Otro factor que podría haber propiciado la proliferación de estas sustancias anormales sería el terremoto que se registró en la Isla en mayo. Este fenómeno trastocó sobre todo los fondos marinos del Mediterráneo. En conjunto, todas estas hipótesis se podrían ver enfatizadas por el viento de xaloc, la calitja y el mar alterado. Vecinos de sa Ràpita criticaron la falta de control y vigilancia de las embarcaciones y en la Colònia se quejaron del fuerte hedor en Els Dolç.