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El obispo de Mallorca, Jesús Murgui, ofició ayer por primera vez en Lluc una misa multitudinaria bajo la inmensa carpa deAcolliment. Así, la Diada de Família, organizada por la Diócesis de Mallorca le sirvió al obispo para consumar su segunda visita al Santuari, después de que un día después de su toma de posesión oficiara una pequeña ceremonia privada en la capilla del monasterio.

Cerca de un millar de personas asistieron al oficio de ayer bajo la inmensa carpa deAcolliment. La Delegación de Familia de la Diócesis mallorquina confirma su compromiso hacia los núcleos familiares como eje central del cristianismo. La ceremonia sirve además para que los matrimonios que cumplen este año sus bodas de oro o plata, rememoren su ceremonia nupcial. En este sentido, el prior Reynés recordó que antiguamente las parejas mallorquinas tenían por costumbre ir de viaje de novios al Santuari.

El obispo Murgui destacó en su sermón el valor del matrimonio y el hecho de que la soledad es «la peor de las enfermedades de nuestro tiempo». Así, animó a los fieles a mirar hacia el futuro para seguir jugando un papel importante dentro del núcleo familiar.