Los técnicos que trabajan en la rehabilitación del cementerio viejo
de Binissalem han encontrado de manera totalmente inesperada una
serie de catacumbas junto a la capilla y la entrada del campo
santo. El hallazgo ha sorprendido a los responsables de la mejora y
recuperación del recinto y obligará a reconsiderar el proyecto
inicial que se puso en marcha con una escuela taller. Las
catacumbas están situadas junto a los muros de la capilla y además
las últimas lluvias han aumentado el peligro de derrumbe de la
capilla por lo que se ha cortado al tráfico una parte del Camí de
Borneta y los alumnos de la escuela taller han dejado de acudir a
las clases prácticas al cementerio hasta que no se haya reforzado
la estructura del edificio.
Así, ahora habrá que priorizar la recuperación de la capilla con
el apuntalamiento de las paredes de los laterales y la
reconstrucción del techo que tiene peligro de caer en cualquier
momento. En este sentido, el alcalde Miquel Nadal y la regidora de
Cultura, Apol·lonia Seguí, indicaron ayer que para evitar que la
capilla se derrumbe se llenarán de hormigón las catacumbas.
Asimismo una vez que el Ajuntament haya conseguido los permisos de
los propietarios de las tumbas, éstas también se llenarán de
hormigón para que los alumnos continúen con la rehabilitación de
las lápidas sin ningún tipo de riesgo.
El hallazgo ha sorprendido a los técnicos responsables del
proyecto que creen que por los alrededores del cementerio hay
catacumbas de estas características. Aunque de momento no se conoce
la antigüedad de este cementerio subterráneo formado por galerías
con tumbas a cada costado. El alcalde explicó que «apuntalaremos
las paredes laterales de la capilla y la cúpula la derribaremos y,
después, iremos reconstruyendo la estructura de la antigua capilla
para eliminar el peligro».
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