Los residentes de las viviendas cercanas a la escoleta y los
padres de familia que llevan a sus niños al citado centro educativo
quedaron estupefactos hace unos días cuando descubrieron que en el
lugar donde solían parar sus vehículos para dejar a sus hijos en la
guardería había sido restringido con seis cuadriláteros de acero
retráctiles y por el mismo número de líneas pintadas sobre el
pavimento delimitando las plazas de aparcamiento.
Las quejas vecinales no han tardado en surgir ya que la creación
del aparcamiento, aparte de invadir parte de la calzada y de la
acera, provoca que ahora los embotellamientos de vehículos en las
horas de entrada y salida de la escoleta se hayan incrementado
considerablemente ya que los padres y madres de los pequeños deben
dejar sus coches en plena calle.
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