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Toneladas de escombros y cochambre se acumulan a escasos metros del paseo de Calvià y no a muchos más de los complejos hoteleros de Magaluf. Ocultas entre matorrales algunas o plenamente a la vista de los transeúntes otras, decenas de bolsas rellenas de cascotes, tubos y otros restos de obra salpican los solares de sa Marina de Calvià. Los terrenos de Sa Marina están situados en la carretera que conduce a El Toro, justo enfrente del centro de ocio Aquapark. El Plan General de Ordenación Urbana de Calvià califica el suelo de sa Marina como urbano, dejándolo enmarcado en las lindes de un Plan Especial de Reforma Interior (PERI) que en un futuro podría llegar a albergar hasta un máximo de cuatro establecimientos hoteleros con una capacidad de 2.000 plazas, un casino y un centro comercial.

No obstante, el Ejecutivo municipal de Carlos Delgado (PP), por el momento, no ha procedido a limpiar sa Marina tal vez porque la urbanización todavía no ha sido recepcionada por el Ajuntament de Calvià. Sin embargo, pese a que el Consistorio no tiene la competencia ni la responsabilidad de sanear las calles y solares de sa Marina, el anterior equipo de gobierno calvianer adecentaba con cierta frecuencia la urbanización situada en las proximidades de los hoteles de Magaluf. Y es que los viales de sa Marina no son precisamente un lugar desconocido por los turistas y vecinos de la zona, ya que todos los sábados se celebra allí un popular mercadillo de antigüedades y objetos de segunda mano.

Una actividad comercial, esta última, que también contribuye al desaliño de sa Marina, ya que las cajas y envoltorios de mercancías abandonados en la vía pública se cuentan por decenas. Por otra parte, el crecimiento indiscriminado de maleza y rastrojos en los solares y la extrema sequedad de los mismos, convierten sa Marina en una zona de algo riesgo de incendios. Si a la preocupante situación de sa Marina se le añade el lamentable estado del torrente de Magaluf, denunciado hace varias semanas también por Ultima Hora, ya son dos las áreas eminentemente turísticas del municipio de Calvià que en plena temporada estival han sucumbido a la invasión de la basura, los detritos y los escombros.